San Pedro de Atacama es uno de los lugares más impresionantes del norte de Chile. No sólo sus paisajes parecen de otro planeta, sino también su suelo, que los científicos utilizan para simular la experiencia de pisar Marte. Los patrones de viento, las corrientes marinas y las montañas que lo rodean son algunos de los factores que crean estas condiciones fascinantes y únicas.

La precipitación media en el desierto de Atacama es inferior a un milímetro al año, lo que lo hace cincuenta veces más seco que el Valle de la Muerte, en California (EE UU). De hecho, hay sectores que nunca han recibido una gota de lluvia, al menos en el tiempo transcurrido desde que comenzaron las mediciones. Incluso en condiciones tan extremas, este asombroso lugar posee una energía especial.

A pesar de la escasez de agua, nunca le ha faltado vida. De hecho, ha sido habitada durante siglos por influyentes comunidades andinas que desarrollaron una abundante agricultura y ganadería. Su característica aridez ha permitido la formación de impresionantes paisajes.

La textura del suelo desértico -que hace más de tres millones de años formaba parte del fondo marino- está rodeada de numerosas montañas y volcanes. Los colores del cielo cambian a lo largo del día, mostrando un espectáculo de vistas interminables, perfectas para admirar y hacer unas fotos preciosas.